Una de las actitudes fundamentales de mindfulness es la mente del principiante.
Significa acercarte a las cosas y a las personas como si fuese por primera vez, sin expectativas y sin juicios preestablecidos.
Sabemos que nuestro cerebro categoriza todo de una manera muy rápida, es lo que nos ayuda ahorrar la energía pero tiene sus inconvenientes como, por ejemplo, los estereotipos, los prejuicios etc.
La mente del principiante nos permite abrirnos a las nuevas oportunidades, ampliar la perspectiva y seguramente descubrir algo nuevo.
También la llaman mente del niño. ¿Habéis observado alguna vez cómo un niño descubre cosas nuevas? ¿Con que asombro, con que ilusión?
Dicen los últimos estudios que el asombro es uno de los ingredientes de felicidad.
Te propongo esta semana cultivar tu mente de principiante: eligiendo alguna actividad rutinaria y haciéndola de una forma diferente para romper con patrón mental automático y con el interés y la curiosidad cómo si fuese por primera vez.
Por ejemplo, elige sentarte en un sitio diferente para comer o prueba lavarte los dientes con la mano izquierda si eres diestro o ducharte en la oscuridad. Verás que divertido.
Como dice el famoso maestro Zen Suzuki “En la mente del principiante hay muchas oportunidades, en la mente del experto las hay pocas”.
Te recomiendo muchísimo su maravilloso libro: “Mente Zen, mente del principiante”
Y a continuación, comparto contigo este cuento zen.