“Aceptación no es lo que pudiésemos haber hecho sino lo que podemos cambiar ahora en el presente”.
Hoy hablamos de la aceptación, quizás la actitud más importante de mindfulness, porque precisamente la no aceptación, evitación y resistencia ante el momento presente es lo que crea el mayor sufrimiento.
Aceptar significa ver las cosas como realmente son, sin ignorar ni negar la realidad.
Aceptación no es actitud pasiva o débil, todo lo contrario, se necesita mucho coraje para poder mirar cara a cara a las cosas tal y como son sin intentar huir, escondernos o distraernos.
Aceptar no significa que te tiene gustar, significa que simplemente le das permiso para estar porque en realidad ya está aquí, ya forma parte del momento presente.
Es entrar al mundo con una actitud de no violencia y por tanto con un inmenso poder creativo, escuchando profundamente y estableciendo un dialogo honesto.
Aceptar no significa rendirse o abandonar cualquier posibilidad de cambio, sino ver el mundo más claro y más preciso para poder tomar decisiones más sabias, conscientes y compasivas y cambiar lo que tiene que cambiarse.
Hay una plegaria muy bonita que dice:
Señor, concédeme
serenidad para aceptar lo que no puedo cambiar,
valor para cambiar lo que puedo
y sabiduría para diferenciar entre ambos.
Y si no puedes aceptar, acepta también tu imposibilidad de aceptar, igual forma parte de la experiencia de este momento porque en realidad todo ya está aceptado. ☺️