Dejé de resistirme a
las emociones desagradables
y acepté que la felicidad
no tiene nada que ver
con sentirse bien todo el tiempo.
Rupi Kaur
Nuestra reacción natural ante las emociones difíciles como la ira, el miedo o la tristeza, es resistirnos y rechazarlas. En la sociedad occidental, se nos ha educado para creer que sentirse mal es innecesario y que deberíamos evitarlo.
Pero el efecto es contrario. Cuánto más intentamos huir de las emociones, más nos atrapan y más daño nos hacen.
Cuando decimos un “no”, “no me gusta”, “no quiero que esté aquí”, nuestro cuerpo se tensa, se bloquea y nos sentimos peor pues hay una lucha en nuestro interior.
Pero podemos aprender a decirles un “si”.
La aceptación de los sentimientos desagradables implica observarlos sin realizar juicios y permitirles que sigan su curso natural, en vez de tratar de cambiarlos o librarse de ellos.
Decir “si” no significa que nos tiene que gustar o que aprobamos el comportamiento provocado por las emociones. Tan sólo estamos aceptando que nuestro cuerpo y nuestro corazón sientan lo que sienten. En vez de huir, nos acercamos a las emociones y las sostenemos con calma, paciencia y amabilidad.
Sabiendo que tan sólo son nubes que pasan por el cielo de ‘nuestra consciencia, tan sólo son olas que aparecen en la superficie del océano.
Diciendo “si” a las emociones dejamos que la vida se exprese a través de nosotros tal y cómo es y la sostenemos con un corazón amable.
Los pensamientos y los sentimientos
no tienen ningún poder sobre ti
hasta que tú mismo se lo das
cuando te olvidas de tu verdadera naturaleza.
Tú eres el océano; ellos, las olas siempre cambiantes.
Tú eres el cielo insondable; ellos, las nubes pasajeras.
Tú eres el que contiene pero no está contenido en nada;
ellos, huéspedes temporales en tu infinito abrazo.
Amigo mío, ni los pensamientos ni los sentimientos son tú,
pero tú eres lo suficientemente inmenso como para acogerlos,
como para permitirles que vengan y vayan,
que surjan y desaparezcan,
que emerjan, perduren durante un rato y se desvanezcan en el sueño profundo.
Tú permaneces, despierto.
Jeff Foster
Para ayudarte a cultivar la aceptación de las emociones, te invito practicar la meditación “Decir SI a la vida”.