ibicenia

““Existen dos formas de ver la vida: 

una es creer que no existen los milagros,

la otra es creer que todo es un milagro”.

Albert Einstein

Lo que me encanta de los peques es su capacidad de ASOMBRO.

Y precisamente mindfulness nos enseña también asombrarnos.

El asombro es nuestra capacidad innata de tener curiosidad y facilidad para sorprendernos.

Acercándonos a todo como si fuese por primera vez (aunque no lo fuera), sin juicios ni conceptos preestablecidos, con interés y amabilidad.

Y así, cada instante de nuestras vidas se presenta como algo único, irrepetible.

Y nos damos cuenta de toda la magia que hay a nuestro alrededor.

El asombro aleja la atención de nuestro limitado sentido del yo y nos abre a la sensación de que formamos parte de algo mucho mayor. Y, consecuentemente, nos lleva a una actitud de profunda humildad y agradecimiento.

Los niños se asombran porque no dan el mundo, por supuesto, sino que lo ven como un regalo.

Para cultivar el asombro, al igual que los niños descubren el mundo por primera vez a través de sus cinco sentidos, te propongo hacer ésta practica para despertar tus propios sentidos. Es una práctica muy sencilla para llevarla también a nuestra vida cotidiana, aprovechando paseos al aire libre y asombrándonos ante la belleza de la naturaleza.

Mira a ver si también puedes mirar a otras personas con curiosidad y amabilidad, soltando juicios y estereotipos y dejándote sorprenderte. 

Y una cosa más. Mañana al despertarte, pregúntate, 

¿Qué cosa mágica sucederá hoy? 

y ábrete a recibir toda la magia que hay a tu alrededor.

Namaste,

Ksenia

“Te amo – dijo el principito.
Yo también te quiero – dijo la rosa. 
No es lo mismo – respondió él…”

Febrero es el mes del amor por excelencia. Los corazones llenan los escaparates de las tiendas, los restaurantes ofrecen menús para parejas y la agencias ofertan escapadas románticas. Pero si dejamos aparte todo el marketing del día de San Valentín podemos a aprovechar este mes para hacer florecer (al igual que los almendros en el parque del Retiro) el Amor incondicional.

¿Qué diferencia tiene el amor incondicional con el amor romántico?

El amor romántico es un  amor interesado, queremos a otra persona pero esperamos también recibir algo a cambio. Al contrario el amor incondicional brota de generosidad, no espera nada y no busca beneficio propio. Es un sentimiento ilimitado.

La palabra Metta significa “sol” en el idioma pali que fue utilizado en la época de Buda porque al igual que el sol ilumina a todos, Metta se dirige a todos sin escoger a nadie en particular.

La otra raíz de Metta corresponde al termino “amigo”, nos enseña ser amigos de uno mismo y cultivar la verdadera amistad con otros. 

La forma más pura de la Amor incondicional es el que siente   una madre hacia su bebe pero también podemos cultivar este amor hacia nuestras parejas, hacia otras personas en nuestra vida y hacia todo los seres. 

Se cree que todos tenemos semillas del Metta en nuestro corazón, tan solo hace falta nutrirlas y cuidarlas para que broten y florezcan.

Y se empieza por uno mismo porque al igual que necesitamos cuidarnos para cuidar mejor de los demás también necesitamos aprender a amar y aceptarnos plenamente para poder amar incondicionalmente a los demás.

Te invito a practicar con la maravillosa meditación Metta pero también si te apetece puedes hacer éste  ejercicio sencillo que se llama “Metta callejera”: Andando por la calle cada vez que te cruzas la mirada con alguna persona mira a ver si en silencio le puedes enviar algún deseo, quizás simplemente diciendo en silencio “que estés bien” o “que seas feliz”, “que encuentres paz”. Verás como al hacerlo mejorará tu estado de ánimo y como quizás surge alguna magia en relación con otras personas, porque cuando envías amor al mundo así de forma desinteresada, cómo un boomerang suele volver hacía ti. 

Si te apetece profundizar, te animo a hacer el curso “los Cuatro inconmensurables”, un verdadero bálsamo para tu corazón.

Y no dejes de leer el diálogo entre el Principito y la Rosa sobre la diferencia entre amar y querer.

Con Metta,

Ksenia

“No pases por la vida, crece a través de la vida”

Eric Butterworth

El inicio del año suele ser el momento en el que formulamos los propósitos y los objetivos.

En éste artículo me gustaría compartir contigo algunas reflexiones que espero te ayuden en el proceso.

Me gusta mucho utilizar la metáfora del huerto y hacer la pregunta: ¿Qué queremos que crezca?

Pero es importante no sólo ponernos objetivos, sino intentar investigar ¿por qué realmente lo queremos? Que valores hay detrás de estos propósitos. Que es lo que de verdad necesito. Detrás del propósito de crear rutina de meditación, puede haber valores como “sentirme en paz”, “ser feliz”, “aceptarme y quererme”, “aportar más paz al mundo”, etc.

Una vez que seamos conscientes de la respuesta, tenemos que ver si la tierra es fértil. Es decir, nuestros objetivos tienen que ser realistas. Al igual que no todo tipo de terreno vale para todas las semillas, tenemos que ver con qué contamos y cuales son nuestras condiciones básicas para poder lograr nuestros propósitos. Si estás trabajando, tienes hijos, etc, no puedes prpoponerte dedicar dos horas a la meditación todos los días, es imposible. Pero sí, puedes empezar por 10-15 min.

Por supuesto tenemos que averiguar también que cuidados necesitan nuestras semillas, es decir hay que elaborar nuestro plan de acciones. 

Es muy importante además, en cada paso que vamos alcanzando algo y consiguiendo nuevo etapa, imagina, por ejemplo, que las semillas empiezan a brotar, felicitarnos y celebrarlo.   

Y así más que pensar constantemente en el objetivo final, aprender a disfrutar de cada etapa de camino.

También necesitamos mucha paciencia y confianza. Todo lleva su tiempo, todo tiene sus ritmos naturales. Imagina que al plantar las semillas no puedes esperar y quitas la tierra para ver si han brotado o no. Con la impaciencia no llegarás muy lejos.

Por supuesto sirve de gran ayuda compartir. Cuenta sobre tus propósitos a otras personas, involúcralas a colaborar o únete a los grupos con los mismos objetivos.

Y por último, la auto crítica feroz en vez de animarnos, nos frena. Acuérdate de ser un poco más auto compasivo/a. 🙂

La valentía no siempre ruge. En ocasiones, es esa voz tranquila que, al final del día, dice; “Mañana voy a intentarlo de nuevo”.

Mary Anne Radmacher

¿Eres consciente de todos los eventos y circunstancias que tuvieron que ocurrir para que hoy estés aquí?

Un científico indio ha calculado cuál es la posibilidad de habernos nacido y es una de 400 trillones….es decir prácticamente cero.

Es como si arrojases un salvavidas en medio de un océano y en el momento en que el salvavidas aterrizase en la superficie del agua, una tortuga marítima se asomase su cabeza justo en el medio de éste salvavidas. Es prácticamente imposible.

Eres la perfecta casualidad del universo.

Eres una unión armoniosa de millones de átomos.

Eres unión de dos cuerpos de dos almas.

Agradece tus padres por haberte dado la vida y a todos los ancestros que tuvieron que coincidir y conocerse.

Agradece tu cuerpo por ser tu casa, tu vehículo y, cómo decimos los yoguis, tu templo, lugar dónde habita tu alma.

Agradece la Tierra por ser el hogar para ti.  

Agradece lo que eres, lo qué fuiste, y lo que serás. 

Y en honor al milagro de existir, te invito celebrar la vida hoy y todo los días, apreciando cada instante que estás vivo.

Celebrando cada nueva respiración cómo un regalo y cada nuevo día como un nuevo nacimiento, lleno de oportunidades.

Cómo decía Buda:

“Todos los días nacemos de nuevo, lo que hagas hoy, es lo que más importa”. 

Bronnie Ware, experta en cuidados paliativos y enfermos terminales, hizo encuesta de lo que se arrepienta la gente antes de morir. 

Y el principal arrepentimiento de mucha gente es “ojalá hubiera tenido el coraje de hacer lo que realmente quería hacer” y también “hubieran deseado ser más felices”. 

Así que no pierdas el tiempo. 

Empieza el nuevo día celebrando la vida con ésta meditación: “El milagro de existir”.

“Aquello a lo que nos enfrentamos internamente

es un microcosmos de lo que la humanidad afronta de forma global;

por eso sembrar el amor por nosotros mismos

es un bálsamo para nuestra tierra”

Yung Pueblo

El autocuidado empieza por llevarnos atención amable y sin juzgar. Por eso mindfulness y autocuidado son inseparables. 

Cuándo empezamos a prestarnos atención amable, más nos autorregulamos y la autorregulación está directamente relacionada con mejor salud mental y física.

Existen diferentes formas de cuidarnos:

1. Físicamente. Construyendo una relación sana con el cuerpo y aprendiendo algunas técnicas de mindful eating

2. Psíquicamente. Trabajando con el sesgo negativo de la mente (por su naturaleza nuestra mente se  queda más con lo negativo que con lo positivo)

3. Emocionalmente. Transformando la autocrítica en una voz amable y compasiva

4. Relacionalmente. Aprendiendo las pautas de diálogo consciente y desarrollando empatía 

5. Espiritualmente. Conectando con nuestros valores más profundos y abriéndonos para recibir y dar amor

“Cómo te quieres a ti misma es la manera en la que enseñas a otros a quererte”

Rupi Kaur 

Te propongo éstos 4 pasos de autocuidado.

1. Parar de vez en cuando. Ralentizar nuestro ritmo frenético es el primer paso de autocuidado. Es una actitud ante la vida, no quiero que la vida se me pase por delante.

2. Preguntarte “Cómo estoy?” Vamos por la vida corriendo sin darnos cuenta de por ejemplo, dolor de espalda, puede que ha estado contigo todo el día y ni tan siquiera te has dado cuenta. 

3. Amabilidad y aceptación. Al hacerte la pregunta anterior puede que te des cuenta de que haya algo incómodo o quizás algún sentimiento difícil pero en vez de identificarte con ello (“mi tristeza”), resistirte o huir, trata de acogerlo y abrazarlo con aceptación y amabilidad. Somos imperfectamente perfectos. Mira a ver si puedes descansar en tu propia vulnerabilidad. 

1. Preguntarte “¿Que necesito ahora mismo?”, “Cómo puedo cuidarme?”. A veces las respuestas tardan en aparecer pero el hecho de hacernos éstas preguntas nos hace conectar con nuestra sabiduría intuitiva. 

Y para terminar ésta pausa ofrécete algún gesto tranquilizador (por ejemplo abrazándote o llevando mano al corazón) y palabras amables. 

Lo tienes en formato de meditación guiada de 8 min: Pausa de autocuidado. 

Namasté

En éste artículo me gustaría compartir con vosotros algunos libros de Mindfulness y meditación budista que espero, pueden ser de vuestro interés.

Libros para principiantes.

Aquí podemos diferenciar libros provenientes de maestros y científicos occidentales y maestros orientales.

1. Bhante Gunaratana “El libro de mindfulness”, uno de los libros de mindfulness más vendidos, muy fácil de leer, con explicaciones básicas.

2. Thich Nhat Hahn “El milagro delmindfulness”, uno de los primeros libros publicados en inglés sobre mindfulness.

3.  Jon Kabat-Zinn “Mindfulness para principiantes” y “Vivir con plenitud las crisis”,  uno de los pioneros de crear programas de mindfulness en el Occidente, fundador del mundialmente reconocido MBSR (proframa de reducción del estrés basado en mindfulness).

Libros para profundizar. 

1. Tara Brach “Aceptación radical”, una de mis autoras favoritas, libro muy cercano, en el que desde su propia experiencia cómo psicologa y cómo humana imperfectamente perfecta comparte cómo la meditación nos puede ayudar a salir de “trance de valía” y aprender a aceptarnos y ser compasivos con nosotros mismos.

2. Sharon Salzberg “Amor incondicional”, sobre la práctica de Metta (amor incondicional) y cómo podemos incorporarla en nuestro día.

3. Jack Kornfield y Joseph Goldstein “Vipassana”, sobre la técnica de vipassana que también llaman corazón de meditación budista y del contexto de la psicología y filosofía budista.

4. Pema Chodron “Cuándo todo se derrumba”, hablando de sufrimiento y dolor desde amor y compasión, un auténtico regalo de libro.

Libros para los instructores de mindfulness, para ofrecer prácticas mejor adaptadas a vuestros alumnos y saber explocar las bases científicas 

1. David Treleaven “Mindfulness sensible al trauma”, sobre los obstáculos que pueden encontrar personas en la práctica y porque no todas las prácticas valen para todas las personas con advertencias para no dañar y adaptar las enseñanzas a las personas que han pasado por un trauma importante.

2. Beatriz Rodriguez Vega “Esto de ser humano”, un libro muy claro y a la vez inspirador de mi querida profesora Bea, sobre el trauma y mindfulness y sobre “esto de ser humano”. 

3. Saki Santorelli “Sánate tú mismo”, sobre la experiencia de su trabajo cómo instructor de curso MBSR durante más de 20 años, compartiendo todo el aprendizaje y haciéndonos reflexionar e indagar sobre muchos procesos internos que acompañan el proceso de enseñanza.

4. Nazareth Castellanos  “El espejo del cerebro”, las bases neurocientificas de meditación para entender cómo funcionan las prácticas de mindfulness a nivel de cerebro. Nazareth tiene maravillosa capacidad de explicar lo complejo y difícil de una forma clara y sencilla.

5. Eline Snel “Tranquilos y atentos cómo una rana”, maravillosos ejercicios de mindfulness para trabajar con los niños…. y no sólo niños.

Libros que me inspiran para clases.

1. Yung Pueblo “Hacía dentro”, mi libro de mesilla con frases cortas muy inspiradoras.

2.  Rupi Kaur “El sol y sus flores” y “Todo lo que necesito ya está en mi”, autora estadounidense de origen sikh. Poemas muy femeninos y muy alentadores, que nos enseñan a ser fuertes y a la vez vulnerables, aceptarnos y querernos tal y cómo somos, 

3. Jeff Foster “La senda del reposo”, mi autor favorito, en éste libro habla sobre los temas vitales cómo amor, felicidad, y sin llamarlo mindfulness define su más profundo significado: cómo vivir desde corazón.

Si quieres compartir alguno de los libros que te inspiran o que te han ayudado en explorar el mundo de mindfulness y meditación, estaré encantada leerte en comentarios. 

“Cuando haces las cosas desde tu alma, sientes un río moviéndose dentro de ti, una alegría.

Cuando la acción viene de otro lugar, el sentimiento desaparece”.

Rumi️. 

No sé que tal a vosotros a mi el mes de junio me encanta. Los días son largos, todavía no hace el calor sofocante de julio, la naturaleza está más viva que nunca. Amo que en vez de alarma me despiertan los mirlos cantando. 

Aprovechando el inicio del mes y la luna nueva éstos días busco alinearme con el ritmo de la naturaleza. Dejando que todo fluya, que las cosas simplemente sean cómo son, soltando lo que ya no necesito y sin adelantarme a lo que viene. 

Al igual que la naturaleza intento funcionar con facilidad, sin esfuerzo ni fricciones. No es una posición pasiva ni mucho menos tan sólo aprendo a confiar en el despliegue natural de la vida y actúo en armonía con ella. 

Cuándo decimos “estar en el momento presente” realmente nos referimos al “fluir con el movimiento presente” porque la vida no es sólo un momento, sino éste momento, éste y éste. La vida es un río más que un estanque.  

A través de la respiración podemos conectar con el movimiento natural de la vida que se desarrolla aquí y ahora. 

En el ritmo de mi respiración siento el baile de la vida, siento que estoy viva. 

Y sobre todo intento conectarme con la intuición y la sabiduría del corazón.

Cuándo nuestras acciones están motivadas por el amor, verás que todo fluye sin esfuerzo, porque la naturaleza se mantiene unida con la energía del amor. 

Cómo dice Jeff Foster en su poema: “Enamórate del lugar en el que estás”.

¿Qué es la verdadera abundancia?

No es obtener lo que quieres, no es llenar una ausencia. No tiene nada que ver con el dinero que tienes en tu cuenta bancaria o propiedades a tu nombre.

La verdadera abundancia es abrirnos a cada momento, darnos cuenta de la magia que hay a nuestro alrededor.

Como decía Einstein: “Hay dos formas de ver la vida: que no existe el milagro o que todo en esta vida es el milagro”.

La abundancia es recordar quién eres. Es volver a casa, volver al hogar de la presencia. 

Cómo dice Jeff Foster:

“La abundancia no es el dinero que tienes en tu cuenta, los trofeos que acumulas en tu estantería, las carta que llegan a tu nombre, la lista de metas que has cumplido, la cantidad de gente conoces, tu cuerpo perfecto o los fans que te adoran. 

La abundancia es tu conexión con cada respiración, con cada aliento. Lo sensible que eres a la más mínima sensación y emoción en el cuerpo. 

Es el placer con el que saboreas cada momento único, la alegría con la que le das la bienvenida al nuevo día. 

Es tu corazón abierto de par en par y cuánto te conmueve día a día el amor que te rodea; tu predisposición a abrazarlo todo, a acoger lo que sea que necesite ser acogido. Es la frescura de cada mañana, libre de la carga que suponen los recuerdos o las falsas esperanzas. 

La abundancia es la sensación de la brisa de la tarde en tus mejillas, el calor del sol sobre tu rostro. Es encontrarte con los demás en el terreno de la honestidad y la vulnerabilidad, conectando más allá de la historia, compartiendo lo que está vivo. 

Es tu arraigo en el momento presente. Dándote cuenta de que siempre estás en casa sin importar lo que ocurre si lo importante es importar si has ganado o has perdido. Es tocar la vida justo en el lugar donde se crea.

La abundancia es la simplicidad. Es la bondad. Eres tu antes de cada amanecer, fresco, abierto, despierto.

Eres rico, amigo mio. Eres rico.”

Te invito cerrar los ojos por un instante. Conectando con toda la abundancia de este momento presente. Dándote cuenta que nada le falta a este momento. Un nuevo día que se te da de forma gratuita para saborear todo lo que la vida te ofrece. 

El otro día escribí sobre el  modelo integral de seis “elementos fundamentales del funcionamiento psicológico positivo” que propone Carol Ryff y en el artículo de hoy me gustaría compartir cómo las prácticas de mindfulness y compasión pueden incrementar cada uno de estos elementos.

1. Autoaceptación. Las prácticas de mindfulness y autocompasión nos enseñan reconocer, sin juzgar, todas las facetas de nuestro ser. Apreciando nuestras fortalezas pero también aceptando nuestra vulnerabilidad y nuestras debilidades. 

Meditación “Autoaprecio”.

Meditación “Trabajando con la vergüenza y la vulnerabilidad”

2. Relaciones positivas. Sentirse más cómodo con nosotros mismo tiende a mejorar nuestras relaciones con los demás. Además las prácticas de metta (amor incondicional), gratitud, mudita (alegría compartida), karuna (compasión) contribuyen al establecer relaciones positivas con otros, volviéndonos mucho más sensibles a las necesidades de los demás y ampliando nuestro círculo de afecto.

3. Autonomía. Las prácticas de mindfulness nos sirven cómo brújula interna que nos guía por la vida, haciendo que seamos mucho más conscientes de nuestros valores esenciales.

4. Dominio ambiental. Este elemento está muy relacionado con nuestro sentido del control. La meditación nos enseña a no dejarnos atrapar por las situaciones difíciles o por nuestros propios pensamientos negativos y sentimientos difíciles, sino aprender a relacionarnos con ellos con una actitud de calma y paciencia, lo que aporta una sensación de tener control pues en vez de reaccionar de una forma automática aprendemos a responder con consciencia.

“You can’t stop the waves but you can learn how to surf them”. 

5. Propósito de la vida. Como ya hemos dicho anteriormente la meditación nos ayuda conectar con nuestros valores fundamentales y orientar nuestra vida de acorde con ellos. Las prácticas de mindfulness y compasión nos hacen conectar cada vez más con nuestro deseo de aliviar el sufrimiento nuestro propio y de los demás y ayudarles a ellos y a nosotros a ser felices. 

6. Crecimiento personal. Realizar un esfuerzo consciente para transformar nuestra perspectiva de la vida y cambiar la manera en que nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás es estar en un proceso de crecimiento consciente y comprometido. 

El cultivo de consciencia plena y compasión puede ser un método poderoso para fomentar nuestro bienestar psicológico en toda su complejidad multifacética.

Los yoguis no sólo se preocupan por el cuerpo pero también por la mente.

Por eso en su elección de comida y bebida se basan en vez de calorías, en valor “pránico”, es decir la energía vital que aportan los alimentos, y calidad de esta energía, así cómo también su base ética: ahimsa (la no-violencia).

Dieta sáttvica (basada en principios de ayurveda y que siguen los yoguis desde hace miles de años), por lo tanto incluye:

1. verduras de hoja verde
2. hortalizas
3. fruta fresca
4. grano integral
5. frutos secos y semillas
6. hierbas y condimentos (excepto chili rojo)
7. legumbres
8. dulces no procesados y no estimulantes
9. infusiones sin teína
10. productos lácteos originalmente estaba incluidos en dieta sáttvica pero actualmente no, debido al maltrato que sufren los animales.

Además, estos alimentos tampoco están incluidos en dieta sáttvica: ajo, cebolla, setas, huevos.

Pasadas las fiestas navideñas nos sentimos con ganas de depurar el organismo por el exceso de alimentos, bebida, ruido y fiestas.  También buscamos reconectar con nuestro interior, con nuestro centro, recuperar el equilibrio y reavivar nuestros valores más esenciales.

Con este objetivo decidimos crear nuestros retiros DETOX de invierno.

He elegido cómo base de enseñanzas el libro “Whole detox” de Dra. Deanna Minich en el que éste tema se mira no sólo desde el punto de vista de “cuerpo físico” sino de la totalidad del Ser. Dra. Minich se centra en 7 sistemas de salud (relacionados con 7 chakras) y describe cada sistema desde su anatomía, funciones, estilo de vida y alimentación. Para ella el verdadero “detox” consiste no en eliminar las toxinas sino en quitar los obstáculos individuales que nos impiden desarrollar plenamente nuestra vida.

En los retiros hacemos el estudio de cada persona para detectar sus “bloqueos” y “barreras” y aprendemos cómo podemos eliminarlos a través de la alimentación, meditación y movimiento.

Y para el menú con la ayuda de Sara, dueña de la casa rural “El aceitunero”, maravillosa yogui y fantástica cocinera, hemos decidido utilizar dieta sáttvica (basada en principios de ayurveda y que siguen los yoguis desde hace miles de años) además de eliminar gluten, lactosa y azúcar (excepto azúcares naturales presentes en frutas y hortalizas). Haré otro post para contaros más sobre dieta sáttvica.

El resultado: fin de semana de introspección, paz y reflexión purificando cuerpo, mente y alma.

“Dentro de ti hay una quietud y un santuario al que puedes retirarte en cualquier momento y ser tú mismo.”

Herman Hesse

Diciembre es “savasana” del año.

Savasana nos ayuda a interiorizar e integrar todo lo que hemos hecho durante la práctica. Al igual que diciembre es un momento para asimilar y concluir.

Agradeciendo momentos bonitos que tuvimos durante el año y personas con las que los hemos compartido.

Reflexionando sobre algunos momentos retadores y difíciles, para hacernos la pregunta: ¿Qué me enseñó esta situación o persona? Porque nuestra fortaleza y sabiduría interior y lo que llamamos resiliencia se refleja precisamente en el enfoque que damos a lo que ha pasado. No huir ni olvidar sino crecer a través de las dificultades y aprender sus lecciones.

Y luego soltar y dejar ir. Sintiéndonos un poco más sabios y más fuertes.

Savasana es una transición de la práctica a la vida. Diciembre nos prepara para el año nuevo. Intentemos que esta transición sea muy suave, sin acelerarnos hacia el futuro ni tampoco apegarnos a las cosas del pasado.

Llenando con consciencia, amor e ilusión cada instante de nuestras vidas en todo lo que hacemos, todo lo que decimos y lo que pensamos.

Te invito descargar este programa de 21 reflexiones y prácticas para soltar, cerrar ciclos y dejar espacio para empezar el año con el corazón abierto. Espero lo disfrutes, lo he preparado con todo mi corazón.

Que nuestra práctica contribuya a que todos los seres sean felices y se liberen.

“Sube a la montaña y recibe sus oraciones. La paz de la naturaleza fluirá hacia ti como la luz del sol fluye hacia los árboles. Los vientos soplarán su frescura en ti y las tormentas su energía, mientras que tus preocupaciones empezarán a caerse como las hojas…”

John Mur 

La naturaleza tiene el poder de transformarnos y despertarnos. Durante siglos, monjes, místicos y otras personas han vivido, meditado y buscado refugio en los bosques, desiertos y montañas. Se han inspirado en la inigualable quietud, tranquilidad y sabiduría del mundo natural. Han aprendido libertad, claridad y compasión de las sutiles enseñanzas de la naturaleza.

Todos tenemos acceso a la sabiduría de la naturaleza, capacidad,  sensibilidad y habilidad para escucharla y sentirla.

Por las mañanas cuando salgo de paseo con el perro por el parque Retiro, intento convertirlo  en una caminata consciente, observando la naturaleza y recibiendo sus enseñanzas. Ella es mi mejor maestra.

Estos días me  preguntaba: ¿Qué me está enseñando el otoño?

Y aquí tenéis la respuesta.

En el ciclo continuo de la vida hay momentos en lo que es necesario parar y soltar.

Despegar todas las máscaras, los conceptos, dejar morir la historia que hemos creado sobre nosotros mismos y sobre lo que debería ser nuestra vida.

Y encontrarnos con lo que realmente somos, con nuestras desnudez y vulnerabilidad, con nuestras heridas y cicatrices pero también con nuestra fragilidad y ternura.

Me enseñó que era el momento de volver a mi hogar interior y llenarlo con luz, calor y amor.

Volver a casa.

Muchas gracias a todxs por compartir también vuestras respuestas. Aquí menciono algunas de ellas.

El otoño me enseña..

” a soltar lo que no necesito”

“a soltar porque siempre llega algo mejor”

“a soltar, a desacelerar el ritmo y a no dejar de asombrarme por la belleza de sus colores”

“que todo cambia”

“que hasta lo más bello, los árboles deben perder sus hojas para florecer de nuevo”

“a escucharme”

“quizás me enseña a mi”

“renovación”

“la belleza de lo que termina….”

Y me gustaría preguntarte a ti,

¿que te enseña el otoño?